Santa María Micaela
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5La Pastoral del centro parte del ideario que caracteriza a todos los centros educativos de RR. Adoratrices de España, fundamentado en el carisma adoración-liberación de las mujeres desamparadas teniendo como referente la acogida, el cuidado y reconocimiento. Nuestra guía es la pedagogía del amor de Santa Mª Micaela, que pretende construir una escuela abierta a los valores sociales y evangélicos fomentando una sociedad más justa e igualitaria.
La acción de Pastoral se dirige a toda la comunidad educativa del centro. Damos especial importancia a facilitar el crecimiento y maduración personal y espiritual (inter e intrapersonal). Todos los profesores acompañamos al alumnado y les ayudamos a comprender la cultura en la que viven, creando un ambiente de diálogo y amor que propicie la construcción de una sociedad más justa y equitativa, generando en el propio alumno el sentido de la vida.
La acción de Pastoral propia de nuestro Centro la realizamos partiendo de tres dimensiones:
- Dimensión asociativa: Favoreciendo la vida del grupo.
- Dimensión evangelizadora: Creando procesos evangelizadores, dedicándonos especialmente a los más desfavorecidos.
- Dimensión vocacional: Trabajando en actividades adecuadas a cada nivel dentro del Plan de Orientación y Acción Tutorial.
Las acciones de Pastoral dinamizan la vida del centro creando un espacio de convivencia donde se siente y transmite los valores evangélicos. Proporcionando una acogida respetuosa orientada al cuidado integral. Facilitando una participación activa capaz de generar en los más jóvenes el crecimiento de la interioridad, inteligencia emocional y espiritualidad.
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Lema del curso
La PEDAGOGÍA DEL AMOR, EL CUIDADO y EL BIEN RECIBIR en nuestros centros educativos adoratrices nos invitan a ir más allá del aspecto educativo, para seguir adentrándonos en un espacio donde los corazones entre el alumnado y profesorado se entrelazan. Por eso, el lema de este curso: "EN CAMINO" es un llamado como docentes a actualizar nuestros vínculos con nuestros alumnos, a sintonizar con el latir emocional que define sus experiencias y sus aprendizajes.
En este viaje educativo, escuchar el latir emocional de los estudiantes se convierte en una práctica primordial y esencial. Nos permite comprender más allá de las palabras accediendo a sus verdaderas necesidades y preocupaciones. Al hacerlo, nos convertimos en mediadores de un proceso de descarga de mochila afectiva que cada alumno lleva consigo, allanando el camino hacia un aprendizaje más auténtico y significativo.
En el contexto de la generación Z, marcada por una sensibilidad particular hacia las dinámicas emocionales, la escucha activa se vuelve aún más crucial. Es a través de esta escucha que podemos construir un entorno educativo seguro, inclusivo y positivo, que fomente no solo el desarrollo académico, sino también la identidad y el bienestar integral de cada alumno.
Por todo ellos debemos seguir la estela de nuestra fundadora Santa Mª Micaela relacionada profundamente con al Pedagogía del cuidado y el amor, en su enfoque hacia la educación. Su vida se basó en el cuidado compasivo hacia la educación como herramienta de transformación y desarrollo humano, de amor y su servicio a los demás, promoviendo de esta forma la transformación social y emocional. Reconocía la importancia de cultivar no solo el intelecto, sino también el corazón y el espíritu. Así, su Pedagogía del amor se manifestaba en el compromiso de acompañar a cada individuo en su proceso de crecimiento y formación integral.
Sobre estos aspectos también se ha pronunciado el Papa Francisco, que ha reflexionado extensamente sobre la importancia del cuidado mutuo y la escucha atenta en la construcción de un mundo más justo y compasivo. Y de ello deriva su reflexión más relevante sobre la necesidad de enseñar a escuchar activamente a los demás y de comunicarnos de forma respetuosa y compasiva...Esta reflexión se pone de manifiesto en el evangelio de San Lucas, donde se relata "El camino de Emaús", ya que muchas veces nos encontramos ensimismados en nosotros y no somos capaces de escuchar, encontrar y describir a Jesús.
Todas estas reflexiones nos colocan en una posición de crear espacios seguros donde los estudiantes se sientan escuchados y valorados, donde se fomente un diálogo abierto y respetuoso entre todos los miembros de la comunidad educativa. Es importante que tanto maestros como alumnos aprendamos a expresarnos de manera constructiva y a escuchar con atención las opiniones y experiencias de los demás, reconociendo la diversidad de perspectivas y vivencias que enriquecen el proceso de aprendizaje.
Reflexiones anuales
